El único territorio desértico de Europa es tan misterioso, sorprendente y desconocido como atractivo, cercano y acogedor. Así es el Desierto de Tabernas, salpicado de mil y una historias, tal cual las simuladas en los mil y un ‘westerns’ grabados aquí durante décadas. Todavía hoy se mantienen Poblados del Oeste perfectamente conservados que el turista puede visitar para recrear los tiempos del lejano Oeste y sentirse cerca del mismísimo Gran Cañón en la distancia.

El Paraje Natural Desierto de Tabernas, situado hacia el norte de Almería capital entre los Filabres y la Sierra de Alhamilla, constituye un paisaje desolado de infinita belleza. De clima subárido y aislado de las húmedas corrientes mediterráneas, en Tabernas es común disfrutar de torrenteras, taludes, cárcavas o ramblas mientras disfrutamos de riquísimos fondos marinos y áridas llanuras. Todo un cóctel paisajístico de difícil asimilación compuesto por una sucesión de sensaciones inolvidables tan larga como el visitante quiera. Pero sea cual sea la duración de nuestra estancia, en el Desierto de Tabernas no hay que perderse la hora del amanecer y del atardecer, cuando el sol hace resaltar tonos vivos únicos en las paredes de sus rocas y mesas.

Desierto de Tabernas: paisaje lunar sin salir de la península

Aun disfrutando de abundantes elevaciones de aspecto lunar en su terreno, en Tabernas llama mucho la atención la ausencia de cursos fluviales, dadas las escasas precipitaciones en la zona. A pesar de ello, este impresionante paisaje almeriense ofrece una importante diversidad de recursos geológicos. Aquí los siglos han visto formarse las famosas bad lands, unas bellas ramblas que albergan inauditas estepas de gramíneas.

Pero si es endemismo lo que vamos buscando, en Tabernas se pueden encontrar especies raras y singulares típicas del desierto. No por nada estos parajes fueron declarados Zona de Especial Protección para las Aves. Así, no es raro encontrar bellos ejemplares del avión roquero, del vencejo real, la grajilla o la cogujada, pero también reptiles como el lagarto ocelado o la culebra de escalera.

Cerro Alfaro, fauna singular, restos marinos y cortados de vértigo

Para el final hemos querido dejar la parte más mágica del desierto de Tabernas y es que, escondido bajo el paisaje de cárcavas, se oculta todo un museo natural en vivo que no tiene rival ni comparación a la hora de estudiar los procesos geológicos del sur de la península. Allí nos espera un universo de microcráteres nacidos al impacto de millones de gotas de lluvia, chimeneas de hadas, gullies o arrecifes fósiles.

Como broche de oro, los afortunados que se acerquen a Tabernas no deben dejar de visitar el majestuoso Cerro Alfaro y ser testigos in situ de cómo disfrutan de su hábitat mediterráneo los jabalíes, cabras salvajes, zorros, erizos o tejones. Desde lo alto de este majestuoso paraje, podremos divisar además las sierras de Filabres, de Gádor, Sierra Nevada, Alhamilla y, por supuesto, el mar.