A unos 70 kilómetros de la desembocadura del antiguo Betis fue fundada la milenaria y fértil Sevilla, una capital que sin dejar pasar el tren de la vanguardia ha sabido perpetuar sus tradiciones sin dar la espalda a la modernidad. Sevilla no es sin el Guadalquivir y el Guadalquivir no es sin Sevilla, pero si hay que elegir razones para acercarse a la provincia hispalense podemos encontrarlas con poco esfuerzo en la Feria o en la conmovedora Semana Santa de la capital, en las rutas de la ópera, en Murillo, en Velázquez… pero también en el embrujo de sus pueblos ribereños y serranos, que rezuman arte e historia árabe, judía y romana compitiendo con tesón con el espectáculo que la naturaleza ofrece a lo largo de toda la provincia. Apunta estos 10 pueblos sevillanos con encanto y ¡recuerda comentar abajo los que creas que también debemos recoger en la siguiente lista!
Una de las ciudades amuralladas más imponentes de la península ibérica, Carmona es parada fundamental en tu periplo por tierras sevillanas. No solo porque alberga entre sus muros romanos vestigios de las tres culturas judía, romana y musulmana sino también porque la campiña que la rodea es simplemente espectacular. Pasea por los Alcázares, visita sus impresionantes iglesias y flanquea las Puertas de Córdoba y Sevilla para acabar extramuros en la necrópolis romana. Querrás volver…
Y si en Carmona destacan las murallas en Écija te impresionarán sus torres, testigo y seña del señorío que imperó en la época barroca. El centro histórico rebosa arquitectura civil y religiosa de factura impecable entre la que cabe resaltar los frescos del Palacio de Peñaflor, los mosaicos del Palacio de Benamejí, el arte plateresco del Palacio de Valdehermoso o el artesonado de la Casa-Palacio de Palma.
Nos movemos hacia el este para admirar la campiña que protege a Osuna, pueblo sevillano por antonomasia desde cuyo altozano podrás obtener excelentes instantáneas del campo de olivar y cereal. Por sus encantadoras callecitas te sentirás transportado a un esplendoroso pasado ducal que ha dejado en sus iglesias, conventos, casas señoriales y en sus palacios el mejor recuerdo.
Ya en el Parque Natural de la Sierra Norte encontraremos una hermosísima localidad rodeada de la prototípica dehesa sevillana y de frondosos encinares y alcornocales por donde discurren ríos sacados directamente de una postal. Un entorno único donde no es raro avistar gatos monteses, ciervos, nutrias o jabalís. A ello súmale sus singulares monumentos arquitectónicos y comprenderás por qué cada año acuden más visitantes a Cazalla, haciendo de ella uno de los pueblos más visitados de toda Andalucía.
Sin dejar el Parque Natural de la Sierra Norte ni la media montaña viajamos ahora a Constantina, en cuyo término municipal podrás disfrutar de la afamada Rivera de Huéznar. Verdadero corazón de los pueblos sevillanos de la sierra, el mismo nombre de Constantina nos habla de su rica historia romana y medieval, de la que son emblema su castillo, sus iglesias y su arquitectura civil de pasado aristocrático.
Si nos situamos entre la Sierra Sur y la Campiña sevillana podremos admirar el castillo, las iglesias, los palacetes y las casitas –y casonas– encaladas que decoran los ríos Guadalete y Guadaira en las llanuras de Morón, cuya fertilidad regala cosechas abundantes de algodón, olivo y cereal a sus orgullosos habitantes. Como curiosidad, apuntar que la procedencia del mármol de muchas de sus impresionantes construcciones es local, pues Morón es asimismo célebre por la riqueza de sus canteras.
Lo sentimos, tenemos predilección absoluta por este municipio situado a poco más de 5 km del centro de la capital. Pero, ¿qué hay pues en Santiponce? Nada menos que Itálica, una de las ciudades romanas mejor conservadas que tenemos en España y cuna de Trajano y de Adriano… Es imposible escoger ninguno de sus vestigios porque en Itálica se conservan tanto termas como mosaicos, un impresionante anfiteatro y un circo, ¡ahí es nada! Pero además la orden del Císter dejó en Santiponce San Isidoro del Campo, que fundara nada menos que Guzmán el Bueno en 1305.
Pero volvamos al Parque Natural de la Sierra Norte para admirar de nuevo su entorno natural desde el marco que regala un pueblo sevillano con tanto encanto como es El Pedroso. Su personal forma de entender el turismo están haciendo de él el lugar perfecto para realizar lo que se viene llamando “turismo alternativo” con una excelente oferta de productos típicos gastronómicos y manufacturados.
Conjunto Histórico-Artístico desde los años 60, Estepa se sitúa en la Campiña, limitando con la provincia de Málaga en la ladera de la sierra. Como no podía ser de otro modo, en Estepa hay un castillo que domina el horizonte donde hace siglos se fraguó la tradición de los dulces estepeños que le han dado renombre mundial y desde donde se adivinan la Torre de la Victoria, el Balcón de Andalucía y tantos conventos e iglesias como no podrías imaginar. No te lo pierdas.
Conocida por su importantísimo patrimonio histórico –su arquitectura civil y religiosa es realmente espectacular–, Utrera presume además de contar con un paisaje agrícola único, salpicado por el caserío sevillano más típico. Visita el Castillo, la Casa de Arias Saavedra o El Niño Perdido pero no olvides reservar tiempo para escaparte a la cercana Reserva Natural del Complejo Endorréico de Utrera, famoso justamente tanto por su vegetación como por su avifauna.
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