La Semana Santa, además de su aspecto religioso y cultural, tiene un componente festivo y lúdico, siendo Andalucía la comunidad autónoma en la que más repercusión tiene esta festividad. Esta conmemoración trae mucho turismo que hace necesario el ofertar actividades cada vez más completas en la que ver procesiones ocupa una parte importante sin dejar atrás otros aspectos que mejoren la oferta.
Cada Semana Santa es distinta y cada una de ellas tiene su encanto. En cada rincón andaluz te puede sorprender la exultante belleza de una procesión, ya que tiene muchos matices que influyen a la hora de ver un verdadero espectáculo. Para disfrutar de este "arte" efímero que nunca es igual: Saetas, formaciones musicales, costaleros, penitentes, sagradas imágenes (muchas de una gran belleza y de grandes maestros de la escultura) hacen que todo se condense en una atmósfera especial haciendo que la devoción nos lleve a sentir algo que raramente sentirá si no está en Andalucía.
En nuestra geografía hay una gran diversidad de aspectos que se pueden buscar, estando todos ellos al alcance del viajero. Podemos deleitarnos con una grandiosa estación de penitencia de una Semana Santa de cualquier capital andaluza o con la belleza íntima de una procesión de algún pueblo de serranía.
Os hemos seleccionado ocho procesiones que tienen algo especial y diferente:
La procesión de Jesús el Rico en Málaga, famosa por el indulto que anualmente concede a un preso en el transcurso de su posesionar.
También conoceréis la mayoría, al menos de oídas, las procesiones del Cristo de la Buena Muerte (Málaga), con su espectacular desembarco de la Legión para posesionarlo.
Seguro que habréis escuchado hablar del desfilar cadencioso de los regulares junto al “Cautivo”, también de Málaga.
Si visitas Granada el miércoles santo saldrás embrujado por la rabia y pureza gitana que se vive en la Cofradía de los Gitanos la subida de sus titulares al Sacromonte, que suben a ritmo de bulerías entre hogueras y con el incomparable lienzo que representa tener de fondo la Alhambra.
Sevilla exporta claramente su "Madrugá", como santo y seña en el que el viajero puede deleitarse con el Señor de Sevilla, el de la amplia "zancá", el Señor del Gran Poder.
También en la "Madrugá" puede sentir la belleza sublime de las Esperanzas, "Macarena" y Triana”.
Y cerrando esta "Madrugá", como no impregnarse del señorío del Cristo de los Gitanos.
Jaén explota en devoción la mañana del Viernes Santo con su Nazareno, popularmente conocido como "El Abuelo", según reza la leyenda fue esculpido por un anciano peregrino, que en su peregrinar pidió cobijo a un matrimonio por una noche, a lo que el matrimonio accedió y mientras mantenían una conversación reparo el peregrino en un tronco de encina, el peregrino pidió permiso al matrimonio para tallar la imagen de Jesús Nazareno durante la noche, ese permiso fue concedido y al amanecer la talla estaba finalizada.
Una primavera que un año más despierta y rebosa de belleza de detalles, de tradición, de olor a plata y a incienso, de izquierdo por delante, de la voz del silencio, del crujir de la madera, del corazón en la garganta del capataz que llama a sus costaleros, Una devoción particular y singular, algo que vivir.
Artículo por Acisclo Pérez Chavarino
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